El hombre se desenvuelve en dos planos: como individuo y como parte de una sociedad. Los individuos humanos evolucionan su condición personal a medida que ésta esté dada por la evolución global de la sociedad a la que pertenece.
Este proceso de evolución del hombre es considerado desde principios de la historia y se renueva frecuentemente, ya sea con el paso de los años o a través de las generaciones.
El hombre es un ser social por naturaleza, los aprendizajes, las costumbres y los comportamientos varían en cada sociedad y determinan las conductas del ser humano. Mediante la sociabilidad, el hombre comparte experiencias y conocimientos, fomentando de esta manera el aprendizaje.
El hombre se adapta al medio y es un resultado de las innovaciones y autorregulaciones adaptativas. Ante una sociedad cambiante, es preciso adaptarse sin desconocer la historia y la percepción cultural que se tiene frente a la vida. Por eso a pesar de la evolución de la sociedad, la cultura permanece y progresa.
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